Cuestión de talento

Cuestión de talento es el blog de lo que en KPS y Megatraining llamamos Grupo de Gestión de talento. Nace para que cualquiera pueda aportar y compartir opiniones y conocimientos en relación con el talento. Para que comentemos los artículos de otros autores, para que reflexionemos en voz alta. Y para mantener una vía de comunicación fluida entre los colaboradores de esta casa, los docentes, los consultores y los candidatos a serlo; y como no, para que nuestros clientes puedan evaluarnos día a día, en la distancia corta.

Las opiniones de los autores, por supuesto, son propias y no tienen porqué representar a las firmas.

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lunes, 26 de octubre de 2009

Esa meta tan esquiva llamada felicidad

Happiness and Time Allocation (Felicidad y reparto del tiempo) Autor: Manel Baucells, Rakesh K. Sarin Documento original: Happiness and Time Allocation; Año: 2008; Idioma: Inglés Publicado en: IESE insight
“Uno no es feliz de la noche a la mañana, sino que trabaja en ello un día tras otro. La felicidad se construye, y eso exige esfuerzo y tiempo. Para ser felices, tenemos que aprender a cambiar nuestras propias vidas”, decían Luigi Luca y Francesco Cavalli-Sforza.
En los últimos años, la ciencia de la felicidad se ha consolidado como una nueva área de estudio que trata de determinar qué es lo que nos hace felices. El dinero suele ser lo primero en que pensamos. Pero, aunque el progreso económico es uno de los factores que mejora nuestro bienestar, nos engañamos y creemos que tener más dinero nos hará más felices de lo que en realidad nos hace. El concepto económico de “utilidad” mide la satisfacción que nos procura el consumo de bienes y servicios, ya sean las necesidades y comodidades de la vida o el tiempo que pasamos con la familia y amigos, haciendo deporte, descansando, etcétera. A partir de este concepto, la felicidad se puede definir como la maximización de los comportamientos propios capaces de aumentar esa utilidad, es decir, la capacidad de satisfacer nuestras necesidades. Si nos paramos a pensar en nuestra vida de cada día, el tiempo se revela como el recurso limitado por antonomasia. ¿Qué relación guarda el tiempo con el dinero y la felicidad? En su artículo “Happiness and Time Allocation” (“Felicidad y reparto del tiempo”), el profesor del IESE Manel Baucells y Rakesh K. Sarin, de la UCLA Anderson School of Management de la Universidad de California, postulan que las personas más felices son aquellas que alcanzan un equilibrio adecuado entre trabajo y ocio. Si el trabajo proporciona dinero para consumir, y el consumo proporciona utilidad, lo mismo sucede con el ocio. Aunque la capacidad de adaptación del ocio es menor que la del consumo, es vital para comprender plenamente la felicidad, aseguran los autores. La amistad, la familia, dormir bien y hacer ejercicio aumentan la satisfacción personal. Aun así, muchos suelen renunciar a las actividades de ocio para trabajar y ganar más dinero en la falsa creencia de que cuantos más ingresos tengan más felices serán. Los autores no ponen en duda los hallazgos empíricos que señalan que los ricos son generalmente más felices que los pobres, pero demuestran por qué la evolución de los índices de felicidad ha permanecido plana a lo largo de los años a pesar del espectacular aumento de la renta real en los países desarrollados. En Japón, por ejemplo, aunque la renta per cápita real se ha quintuplicado, no se ha registrado un aumento del índice medio de satisfacción personal. Otro tanto ha ocurrido en Estados Unidos y Reino Unido. El modelo del reparto del tiempo que presentan los autores explica porqué. Adaptación y comparación social Existen numerosas pruebas de que la utilidad derivada del consumo depende principalmente de dos factores: la adaptación o habituación a los niveles de consumo y la comparación social con un grupo de referencia o entre iguales. ¿En qué consiste la adaptación? A alguien que en sus tiempos de estudiante tenía un coche pequeño y viejo puede satisfacerle temporalmente la compra de otro nuevo más grande cuando consigue su primer trabajo, pero enseguida se adaptará al nuevo vehículo y lo asimilará como parte de su nuevo estilo de vida. Lo mismo sucede con los monos. En un experimento en el que a unos monos se les dio pasas en lugar de la manzana a la que estaban acostumbrados, sus neuronas se dispararon en respuesta al cambio. Sin embargo, tras darles pasas unas cuantas veces, la euforia terminó. Los animales se habían adaptado al nuevo alimento. La comparación social también influye enormemente en nuestro nivel de felicidad. En general, nos comparamos con personas de un estatus y una renta similares al nuestro. Por ejemplo, es muy poco probable que un profesor universitario se compare con una estrella de cine o un “sin techo”. Lo más seguro es que compare su posición con la de otro profesor de una universidad parecida. Los medallistas olímpicos también se comparan con quien tienen por debajo y por arriba. Un estudio halló que los atletas olímpicos que ganaron una medalla de bronce son más felices que los que ganaron una de plata, ya que los primeros se comparan con quienes no obtuvieron ninguna medalla, mientras que los segundos se lamentan por no haber conseguido el oro. Aunque la adaptación y la comparación social son hasta cierto punto inevitables, los autores creen que tienen efectos perniciosos que limitan nuestra capacidad para encontrar la verdadera felicidad. Necesitamos dar con maneras sanas de moderar estos dos factores, afirman. La meditación y la oración son algunos “ejercicios de reencuadre” que pueden ayudarnos a ver las cosas en su justa medida y atenuar la insatisfacción que produce la insidiosa comparación social. El sesgo de proyección ¿Por qué entonces se ha encumbrado al dinero como lo único que da la felicidad? Por el "sesgo de proyección", responden los autores. Es decir, cuando proyectamos nuestro estado de ánimo presente en nuestra visión del futuro. A la hora de consumir, el sesgo de proyección impide que nos veamos con unos niveles de habituación o un estatus social diferentes de los que tenemos. Por eso creemos que tener más dinero nos hará más felices. Trabajamos más y ganamos más dinero, nos mudamos a una casa más grande en un barrio mejor, compramos un coche más caro, pero el sesgo de proyección hace que subestimemos los efectos de la adaptación y demos más valor del que tiene a la utilidad derivada de los artículos de consumo. Disfrutamos de un nivel de vida mayor que antes, pero no cuando nos comparamos y empezamos a identificarnos con nuestros nuevos vecinos. Un efecto pernicioso del sesgo de proyección es que empezamos a dedicar más y más tiempo al trabajo a costa del ocio, creyendo en vano que si trabajamos más seremos más felices, cuando en realidad el aumento de nuestro salario simplemente conlleva una menor utilidad total y, perversamente, una menor felicidad. Este modelo es tal vez la conclusión más interesante del artículo: la utilidad real obtenida bajo los efectos del sesgo de proyección es menor de la esperada. “Es por esto que creemos que cuanto más dinero tengamos más felices seremos, cuando lo cierto es que puede que no sea así”, explican los autores. Se necesita tener mucha disciplina para prestar la atención que merece al ocio. Deberíamos ser conscientes de los efectos del sesgo de proyección y aprender a no compararnos con nuestros vecinos. Pero no sólo nosotros mismos, sino también la sociedad en su conjunto, puede tomar medidas que aumenten nuestras posibilidades de ser felices: mediante una aplicación sensata de políticas como las vacaciones pagadas (mientras que en Estados Unidos son dos semanas, en Francia son seis), la limitación de las horas de trabajo a determinados niveles, la imposición de impuestos que graven más los artículos de consumo que los de primera necesidad o la institución de prácticas que faciliten la conciliación entre la vida laboral y la familiar, como los horarios flexibles. El día sólo tiene 24 horas, así que la cuestión es cómo repartirnos el tiempo. Para ser felices, es más importante la recuperación del equilibrio entre trabajo y ocio que el dinero.

viernes, 16 de octubre de 2009

La crisis deja su huella en el sector TIC que desciende por primera vez en España

Fuente: Techweek.es (pinchar en el título de la entrada para enlazar con la noticia original)
Los datos de AETIC evidencian un descenso de las TIC españolas durante el último año, frente a su tradicional tendencia alcista y al crecimiento cero registrado en 2008 La Asociación de Empresas de Electrónica, Tecnologías de la Información y Telecomunicaciones de España (AETIC) ha presentado los datos del Hipersector TIC relativos al periodo comprendido entre julio de 2008 y junio de 2009, que ponen de manifiesto una reducción del 7 por cien en la actividad. Este dato evidencia un cambio brusco de tendencia del sector TIC, que siempre ha protagonizado incrementos anuales alcistas, salvo el registrado en 2008 que obtuvo un crecimiento cero. Todos los sectores que conforman el Hipersector han registrado pérdidas por primera vez, destacando la incorporación a esta tendencia negativa de los Servicios de Telecomunicaciones y Tecnologías de la Información (-4% y -2%, respectivamente). Además, el segundo trimestre de 2009 evidencia un descenso acelerado del 13 por cien del Hipersector, si se compara con el mismo periodo de 2008, con tasas que van desde el -8 por cien en Servicios de Telecomunicaciones hasta el -38 por cien en Componentes Electrónicos.

La Industria de Telecomunicaciones registró la mayor caída de julio de 2008 a junio de 2009 (-25%), que se ha visto acelerada en el segundo trimestre del presente ejercicio con un descenso del 31 por cien. Entre otros factores, esta fuerte reducción está asociada a una caída –por primera vez en España- de la cifra de negocio de los operadores, así como a una reducción de la demanda de redes fijas, y un estancamiento del mercado de banda ancha fija. Sólo en el segundo trimestre, los equipos y redes han sufrido una caída del 40 por cien, mientras que los terminales móviles lo han hecho un 17 por cien en los primeros seis meses del año 2009. La Electrónica de Consumo protagoniza el segundo mayor descenso, con una reducción de su volumen de negocio del 22 por cien (-27% segundo trimestre). Las causas principales se centran en una bajada de precios de los televisores en torno al 25 por cien y una reducción próxima al 10 por cien de las unidades vendidas en el mercado. Componentes Electrónicos reduce su actividad un 17 por cien debido al comportamiento negativo de los demás sectores. Durante el segundo trimestre la tendencia empeoró hasta el -38 por cien. Electrónica Profesional cae un 8 por cien, mientras que de abril a junio de este año el descenso es más acusado (-15%) debido, principalmente, a que las empresas han agotado su cartera de pedidos y la reposición ha sido muy limitada. Los servicios también en negativo

Los Servicios de Telecomunicaciones han reducido –por primera vez en la historia - un 4 por cien su facturación. El dato del segundo trimestre suma cuatro puntos más (- 8%). Todos sus componentes han mostrado tendencias negativas en ingresos (telefonía fija, móvil, TV de pago, servicios mayoristas), excepto el de acceso a Internet, que mantiene un ritmo positivo aunque decreciente. Esta situación es consecuencia directa del efecto combinado de la caída del tráfico y de los ingresos medios por línea y por minuto, tanto en telefonía fija como móvil. Pese a todo, la penetración de líneas móviles e internet crece moderadamente y se mantiene la de accesos fijos Las Tecnologías de la Información reducen un 2 por cien su volumen de negocio durante estos doce meses (-15% segundo trimestre). El comportamiento negativo del software y los servicios informáticos se ha sumado al que desde hace tiempo venían registrando los equipamientos de hardware. Esta situación se debe fundamentalmente a la disminución de inversiones en sistemas profesionales, tanto públicos como privados. El gasto público en I+D+i se resiente

A la descrita situación, hay que añadir el efecto negativo de la caída del 30 por cien del Gasto Público en I+D+i previsto en los Presupuestos Generales del Estado para el año 2010. Esta reducción arrastrará consecuencias negativas en tres frentes: capitalización tecnológica de nuestras empresas; desgravaciones fiscales a la I+D+i, y caída generalizada del gasto español en I+D+i. Para el presidente de AETIC, Jesús Banegas, “resulta inconcebible pensar en la recuperación y sostenibilidad del crecimiento económico español mientras que el Hipersector TIC y el esfuerzo nacional en I+D+i no recobren su pretérita vitalidad, de la misma forma que queda cuestionado el anhelado cambio productivo que necesita España para volver a crecer en renta per cápita”.

miércoles, 7 de octubre de 2009

Peter Drucker - El Management del Futuro

El impacto verdaderamente trasgresor de la Revolución Informática apenas si se está comenzando a sentir. Pero no es la “información” la que alimenta este impacto. No es la “inteligencia artificial”. No es el efecto de las computadoras y el procesamiento de datos sobre la toma de decisiones, la elaboración de políticas o las estrategias. Es algo que prácticamente nadie previó hace diez o quince años. Algo de lo cual nadie habló en aquel momento. Nos referimos al e-commerce, es decir, al explosivo surgimiento de Internet como un importante, tal vez el más importante, canal de distribución de bienes y servicios y, sorprendentemente, de ofertas de empleos profesionales y de management. Esto está haciendo cambiar de manera profunda las economías, los mercados y las estructuras industriales; los productos, los servicios y su flujo; la segmentación, los valores y la conducta de los consumidores; los mercados laborales y de puestos de trabajo. Pero el impacto puede ser aún mayor en las sociedades y las políticas, y, sobre todo, en el modo en que vemos al mundo y a nosotros mismos en él.
Al mismo tiempo, no hay duda de que nuevas e inesperadas industrias van a aparecer, y con gran rapidez. Una de ellas ya está con nosotros: la biotecnología. Otra: la de las granjas ictícolas. Dentro de los próximos cincuenta años, las granjas ictícolas podrían transformarnos de cazadores y recolectores en el mar en “pastores marinos”, tal como una similar innovación hace unos diez mil años cambió a nuestros antepasados, cazadores y recolectores de tierra firme, en agricultores y pastores.
Es de esperar que otras nuevas tecnologías habrán de aparecer súbitamente, lo cual conducirá al surgimiento de nuevas industrias. En qué pueden éstas llegar a consistir es algo que ni siquiera logramos imaginar. Pero es sumamente probable –hasta puede decirse que es casi seguro- que habrán de aparecer y bastante pronto. Y también es posible que muy pocas de esas tecnologías, así como algunas industrias basadas en ellas, provengan de las tecnologías informáticas y de computadoras. Como la biotecnología y las granjas ictícolas, cada una emergerá de su propia e inesperada tecnología.
Por supuesto, estas no son más que predicciones. Pero están hechas a partir del supuesto de que la Revolución Informática habrá de evolucionar de la misma manera en que lo hicieron varias “revoluciones” anteriores, también basadas en la tecnología, que se desarrollaron en los últimos quinientos años, desde la revolución de la imprenta de Guntemberg, alrededor de 1455. En particular, el supuesto es que la Revolución Informática será como la Revolución Industrial de fines de siglo XVIII y principios del XIX. Y así ha sido exactamente como esta nueva revolución se ha comportado durante sus primeros cincuenta años.
EL FERROCARRIL
La Revolución Informática está ahora en el punto en que la Revolución Industrial estaba a principios de la década de 1820, unos cuarenta años después de que la máquina a vapor mejorada de James Watt (instalada originariamente en 1776) fuera aplicada por primera vez, en 1785, a una actividad industrial: el hilado del algodón. La máquina de vapor fue para la Revolución Industrial lo que la computadora ha sido para la Revolución Informática: un disparador y, sobre todo, un símbolo de ella. Casi todo el mundo en la actualidad cree que nada en la historia económica se ha desarrollado jamás con tanta velocidad o ha tenido una influencia mayor que la Revolución Informática. Pero la Revolución Industrial evolucionó con la misma rapidez en un período de tiempo similar y probablemente tuvo un efecto semejante, si no mayor, que esta nueva revolución. Muy pronto la mecanización alcanzó a la gran mayoría de los procesos de manufactura, comenzando con la producción de la más importante mercancía industrial del siglo XVIII y principios del XIX: los textiles. Según la ley de Moore, el precio del elemento básico de la Revolución Informática, el microchip, cae un cincuenta por ciento cada dieciocho meses. Lo mismo ocurrió con los productos cuya manufactura había sido mecanizada por la primera Revolución Industrial. El precio de los tejidos de algodón cayó un noventa por ciento en los primeros cincuenta años del siglo XVIII. La producción de los tejidos de algodón se incrementó por lo menos ciento cincuenta veces sólo en Gran Bretaña en el mismo período. Y si bien los textiles constituyeron el producto más notorio de los primeros años de la Revolución Industrial, ésta mecanizó la producción de prácticamente todos los demás rubros importantes, como el papel, el vidrio, el cuero y los ladrillos. Su efecto de ninguna manera se limitó a bienes de consumo. La producción de hierro y su elaboración –por ejemplo, la fabricación de alambre- se mecanizaron y fueron impulsadas a vapor tan rápidamente como los textiles, con los mismos efectos en costos, precios y cifras de producción. Cuando las guerras Napoleónicas llegaban a su fin, la fabricación de cañones se hacía con máquinas a vapor en toda Europa. Los cañones se producían a una velocidad diez a veinte veces mayor que antes, y su costo cayó en más de dos tercios. Para esa época Eli Whitney ya había mecanizado de la misma manera la fabricación de mosquetes en los Estados Unidos y había creado la primera industria de producción masiva.
En esos cuarenta o cincuenta años nacieron la fábrica y la “clase obrera”. Ambas eran todavía poco numerosas a mediados de la década de 1820, aun en Inglaterra, como para ser estadísticamente significativas. Pero psicológicamente se habían convertido en factores dominantes (y pronto lo serían también desde el punto de vista político). Antes de que existieran fábricas en los Estados Unidos, Alexander Hamilton previó un país industrializado en su Informe sobre las manufacturas de 1791. Una década más tarde, en 1803, un economista francés, Jean Baptiste Say, advirtió que la Revolución Industrial había cambiado la economía al generar al entrepreneur.
Las consecuencias sociales fueron más allá de la fábrica y de la clase obrera. Como el historiador Paul Jonson lo ha señalado en su Historia del pueblo norteamericano (1997), fue el crecimiento explosivo de la industria textil basada en la máquina de vapor el que proporcionó un nuevo impulso a la esclavitud. Considerada como algo prácticamente extinguido por los fundadores de la república norteamericana, la esclavitud revivió estrepitosamente a medida que la desmotadora de algodón –pronto impulsada por la fuerza del vapor- generó una gran demanda de mano de obra barata, lo cual hizo que la “cría” de esclavos se convirtiera en la más rentable actividad norteamericana durante varias décadas.
La Revolución Industrial tuvo importante efectos también en la familia. El núcleo familiar había sido por mucho tiempo la unidad de producción. En la granja y en el taller de los artesanos, el marido, la mujer y los hijos trabajaban juntos. La fábrica, casi por primera vez en la historia, sacó al trabajador y al trabajo del hogar para trasladarlos a un lugar separado, dejando atrás a los otros miembros de la familia, tanto a las esposas de los obreros industriales adultos como, especialmente en las primeras etapas, a los padres de los niños obreros en la industria.
En realidad, la “crisis de la familia” no comenzó después de la Segunda Guerra Mundial. Comenzó con la Revolución Industrial y fue un tema habitual de preocupación de aquellos que se oponían a ella y al sistema de fábricas. (La mejor descripción del divorcio entre trabajo y familia, y de sus efectos sobre ambos, es probablemente la novela Tiempos difíciles de Charles Dickens de 1854.)
Pero a pesar de la magnitud de sus efectos, la Revolución Industrial en su primer medio siglo sólo mecanizó la producción de bienes que ya existían desde hacía tiempo. Aumentó de manera impresionante la producción y bajó en la misma proporción los costos. Creó tanto a los consumidores como a los productos de consumo. Pero los productos como tales habían estado siempre disponibles. Y los productos salidos de las nuevas fábricas diferían de los tradicionales sólo en el hecho de que eran uniformes, con menos defectos que los que mostraban los realizados a mano en tiempos anteriores, salvo aquellos elaborados por los principales artesanos.
Sólo hubo una importante excepción, un único nuevo producto en esos primeros cincuenta años: el barco de vapor, convertido por primera vez en algo de uso práctico por Robert Fulton en 1807. Pero no fue demasiado importante hasta treinta o cuarenta años más tarde. En realidad, hasta casi el final del siglo XIX, la mayor parte de la carga era transportada por barcos de vela más que por barcos de vapor. Luego, en 1829, apareció el ferrocarril, un producto verdaderamente sin antecedentes que iba a cambiar para siempre la economía, la sociedad y la política. (…)
EL SIGNIFICADO DEL E-COMMERCE
El e-commerce es a la Revolución Informática lo que el ferrocarril fue a la Revolución Industrial: un desarrollo totalmente nuevo, sin ningún precedente y del todo inesperado. Y, al igual que el ferrocarril hace ciento setenta años, el e-commerce está generando una nueva y diferente era de apogeo que rápidamente está cambiando la economía, la sociedad y la política.
Veamos el ejemplo de una mediana empresa norteamericana, fundada en los años veinte y manejada ahora por los nietos del fundador. En una época controlaba más o menos el sesenta por ciento del mercado de vajillas económica para restaurantes de comida rápida, cafeterías de escuelas, oficinas y hospitales, en un radio de ciento cincuenta kilómetros a la redonda de la fábrica. La loza es pesada y se rompe con facilidad, de modo que la loza barata tradicionalmente ha sido vendida dentro de pequeñas áreas. Casi de la noche a la mañana, ésta compañía perdió más de la mitad de su mercado. Uno de sus clientes, la cafetería de un hospital en la que alguien se puso a “navegar” por Internet, descubrió un fabricante europeo que ofrecía loza de calidad aparentemente superior a menor precio y entregada por avión a muy bajo costo. A los pocos meses, los principales clientes del área estaban comprándole al proveedor europeo. Pocos de ellos, perece, se daban cuenta, si es que de alguna manera les importaba, de que la mercadería procedía de Europa.
En la nueva geografía mental generada por el ferrocarril la humanidad dominó la distancia. En la geografía mental del comercio electrónico, la distancia ha sido eliminada. Existe una sola economía y un solo mercado. Autor: Peter Druker Fuente: Estrategia Magazine. Publicado por Dir&Ge (link en el título de este artículo).

lunes, 5 de octubre de 2009

Empresas a prueba de recesiones

Las cinco iniciativas clave en que las organizaciones de IT pueden ayudar a las empresas a sobrevivir en tiempos de crisis

"Existe una fórmula elemental para el éxito de una organización: Realizar inversiones estratégicas en iniciativas que fomenten el crecimiento y reduzcan o limiten los costes. En una economía sólida, esta fórmula contribuye a que una empresa prospere. En un entorno económico adverso, es un medio de subsistencia.

Todos estamos familiarizados con los titulares de los periódicos y los informes de los analistas. El mensaje es unánime: Los presupuestos de TI se reducen drásticamente Lo que no merman son las necesidades de las empresas. De hecho, algunos pueden argumentar que en tiempos difíciles, las necesidades de la empresa aumentan.

En época de crisis, las empresas deben centrarse en aquellas actividades que les garanticen una rápida adaptación y una respuesta eficaz a las amenazas competitivas y las fluctuantes condiciones del mercado. Deben aprovechar las oportunidades que les ayudarán a sobrevivir en los malos tiempos y resurgir más fuertes que antes.

La mayoría de las empresas buscan formas de llevar a cabo sus actividades comerciales con mayor acierto. Se proponen simplificar la gestión administrativa, reduciendo costes, mitigando riesgos y superando a la competencia. Hoy en día hay gran variedad de iniciativas empresariales.

Todas comparten un mismo requisito: la información

Si cuentan con información precisa y oportuna, las empresas pueden responder, adaptarse y tomar mejores decisiones con mayor rapidez. Pueden desarrollar sus actividades con mayor eficiencia y ofrecer más con menos. La información resulta de vital importancia para que una empresa pase a ser líder en el mercado y, en última instancia, logre el éxito financiero. Contar con información completa, coherente y actual redunda en que una empresa pueda transformar la crisis en una ventaja.

Entonces, ¿Qué significa todo esto para un departamento de IT? Dos cosas. En primer lugar, que deben ofrecer más (aún mas) con menos (todavía menos) Y segundo, que deben examinar cada una de las inversiones en tecnología, presentes y futuras, y formularse las siguientes preguntas: ¿esta inversión hará que tanto la organización de TI como la empresa operen con mayor eficacia? ¿Ayudará a reducir los costes? ¿Aportará valor con rapidez? ¿Contribuirá a que la empresa prospere?

Durante los próximos uno o dos años, muchas empresas se centrarán en las siguientes iniciativas comerciales fundamentales:

  1. Asegurar un mejor cumplimiento de la creciente cantidad de complejas leyes y normativas financieras e industriales
  2. Hallar formas de reducir los riesgos y mejorar la gestión de riesgos en general.
  3. Obtener el mayor valor posible de fusiones, adquisiciones y desinversiones.
  4. Encontrar nuevos clientes, retener los actuales y asegurarse que ninguno prefiera pasar a la competencia.
  5. Invertir de manera estratégica en tecnologías que aporten beneficios con mayor rapidez y a la vez reduzcan el coste total de propiedad.

En este documento informativo se analizan estas iniciativas y se estudian las estrategias que las organizaciones de TI deben poner en práctica para garantizar el éxito de las mismas".

El documento citado ha sido publicado por IDG Connet dentro de su biblioteca de Whitepapers gratuitos. El titular del mismo es Informática. Te Data Integration Company y puede ser descargado gratuitamente de la web, pinchando sobre el titular de esta entrada, previo registro en IDG. Se trata de un interesante artículo de 16 páginas cuyo resumen ejecutivo hemos presentado aquí. Nos ha parecido muy interesante